CHAMAMÉ

El chamamé te lleva a la vida de esos pueblos perdidos. Es un boleto de ida al Corrientes más profundo.  Es el estilo que te cuenta distintos tipos de cuentos: esos con historias de amor, o aquellos del paisano sufrido y trabajador. 

El chamamé, mediante Julio Cáceres y compañía  es Mantilla, Mercedes y Azul. Gracias a Marito Bofill es Loreto, Yapeyú o cualquier pueblo del interior que expulse estudiantes para la capital.  Como no nombrar al pueblo querido de Concepción. Con Tarragó Ros conocimos Curuzú Cuatiá. El Cholo Aguirre nos cuenta de los trasnochados espineles de la Ribera Azul del Paraná en Paso de la Patria y,  las letras de Ernesto Montiel, de San Cosme. Gracias a Tránsito, Corrientes siempre va a quedar en el Kilometro 11.

Es La Caú, el Toro menos en las pampas, el caballo ballo, es el burro de Roberto Galarza.  Es San Martin y Cabral, es el espíritu de los cazadores Correntinos. Es esa rebeldía contra Rosas, es un soldado en Malvinas. Es ese hermano que se fue a otro lado por la crisis, es esa nostalgia que nunca va a ser olvido.

Sus poesías son un alivio al Alma tanto para el mencho que vuelve del monte, como para el patrón que toma mate en la galería con su e`ñora. Es la paciencia de los poriahú, hechos de franqueza, honradez, hombría y lealtad.   Es el rezo al Tupá, la bendición de la Virgen de Itatí, es Antonio Gil. Es el sueño eterno del correntino.

Es ese asado con vino. Esos mates en los atardeceres del campo, ese chipacuerito en día de lluvia, y también el pombero a la siesta. El ponchillo colorao, las calandrias y los zorzales. El sauce llorón y las grandes peñas.  Es el guaraní en esencia pura, y el sapukay gritado a tiempo.

No sé cuantos estilos musicales te genera esas cosquillas que solo esta polkita enredada te puede dar. Es ese rasgueo de guitarra, esa caricia al acordeón, y esos recitados que engloban la idea.

Nadie escucha al chamamé. Al chamamé uno lo siente. Porque el chamamé no te habla. Sus letras son poesías con ritmos que te cuentan cuentos.

FELIZ DÍA DE LA TRADICIÓN!

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