domingo, 4 de junio de 2017

PUEBLO CHICO, PATRIA GRANDE: PERTENENCIA vs EXPERIENCIA



Entre el 2002 al 2010, la única provincia argentina que disminuyó su población, de un censo a otro, fue Corrientes. ¿Por qué habrá pasado esto? ¿Qué sintieron y que sienten los que forman parte de esa estadística?

Está claro que el debate de unitarios vs federales quedó bastante atrás y que, en cuestiones políticas y económicas, ganaron los primeros. Pero, a mi entender, en materia de nacionalismo, el federalismo se observa día a día en las personas del interior, aun en aquellos que residen en Buenos Aires.

Un provinciano admira el empuje de los porteños, así como su amplitud hacia lo extranjero, lo distinto. Sin embargo, muchas veces no deja de sentirse foráneo, extraño en la city. Y quizás esto se deba a la falta de conocimiento de muchos capitalinos de su propio país. Es que, si bien están geográficamente en Argentina, difícilmente lleguen a encarnar la Patria como lo hace alguien del interior, quien la vive, la siente, la disfruta, y también la padece desde su cotidianeidad.

El hecho de que alguien vaya a trabajar y/o estudiar a la capital de los argentinos, desde cualquier otro rincón del país, no habla sólo de lo bueno de esta Ciudad, ni de las carencias de la natal. Más bien de las ganas de muchos provincianos de progresar y empaparse de todo lo bueno que tiene el porteño. La nostalgia por la propia tierra se ve sosegada por todo lo nuevo por descubrir.

Además, el del interior que reside en Baires, probablemente no llegue a extrañar del todo a sus pagos: constantemente familiares y amigos van a la capital a hacer turismo, negocios o trámites. Por otro lado, en el caso particular Corrientes, el número de correligionarios de San Martin que residen en la ciudad autónoma de Buenos Aires es enorme. Esto conlleva, de modo usual, la magia de hacer amigos nuevos, a la vez de encontrar gente con las mismas raíces de uno y darles, desde la distancia, otra significación e importancia, lo que de otra manera sería muy difícil.



Entonces, vivir en Buenos aires se convierte en un permanente juego entre el sentido de pertenencia vs sentido de la experiencia. Nada te va a hacer sentir más lugareño que permanecer en el lugar donde naciste, creciste, te educaste y están tus familiares y amigos.  Pero todo esto queda chico si lo que pretendes es desarrollarte al máximo en tu profesión, aprender incansablemente, experimentar cosas distintas, desafiar tus propios límites y ver si podes “pertenecer” a más de un lugar.


Si alguna vez tuviste ganas, no dudes mucho. “Emigrar” no significa que te olvides de donde viniste. Sino que sepas adonde soñas llegar y qué experiencias nuevas querés vivir, exportando todo lo maravilloso de tu tierra.

No hay comentarios: