sábado, 15 de enero de 2011

CHAMAMÉ: EL DE ALLÁ AHITÉ Y EL DE AHORA

En un país de múltiples y variados climas, relieves y culturas, es normal que existan entre ellas aquellas de estas últimas que viven su propio Macondo (Aquel que leyó 100 años de soledad lo va a antender). Yo considero que por veces, Corrientes tiene su lado cerrado, conservador y ortodoxo.  Pero también creo que en algunos aspectos, esa parte cae en una contradicción.

Si bien proviene de los sonidos guaraníes, todo chamamé es una polka. Obviamente con todas las particularidades que hacen a este estilo único en el mundo. Está claro que nadie imagina a un Alemán metiendolé un Sapukay durante el solo de la acordeona.

Pero este estilo musical no deja de ser uno practicamente nuevo traido por la primera oleada de inmigrantes durante finales del siglo XIX, evolucionado del Tango porteño y mezclado de ritmos locales. Osea, para mi, el chamamé no deja de ser un estilo europeo con sentimientos litoraleños.

Bajo esas raíces, no me cabe en la cabeza que, menos de 100 años después de que el chamamé pusiera sus primeros cimientos, exista gente que no acepte la realidad de su evolución. Más aun cuando esta en pleno apogeo popular, siendo el festival de chamamé una muestra de todo ello.


Este evento tan esperado por muchos durante todo el año, reúne a los máximos referentes de este estilo, junto con artistas que van asomando y otros de otro palo, pero que no hacen más que ayudar a su crecimiento y difusión.

Personalmente considero positivo y hasta simpático que cantantes de otros estilos musicales (algunos bastante lejanos al folklore nacional) que nunca en el año tocan nada parecido a un Kilometro 11, ensayen tan solo para este evento. Esto acerca a público de otros gustos que, por escuchar a los Antonio Rios, Victor Heredias, Bonetos, etc., terminan conociendo a bandas que suenan en radios que nunca escucharían o programas de televisión que en su vida mirarían.  O, alverre, un chamamecero conozca un poco más a reconocidas figuras de otros géneros.

Las mentes cerradas como culo de muñeca (?) son un freno a una realidad. El público que escucha chamamé es totalmente distinto al de hace 5 años.  Sin llamar al invento, cambio y disvergación en execeso, hay que estar a la altura de esto y dejar de lado las contradicciones. 

Es  más, me encantaría escuchar al Rave chamamacero en este festival. El día que eso ocurra, mostrarémos  que el festival del chamamé es en verdad (como dijo el Chango Spasiuk) el más coherente de todos.  Nacido de otros sonidos, abiertos a nuevas ideas.

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