martes, 18 de enero de 2011

DIOS ES CHAMAMECERO

 Dios es Chamamecero. Terminó el mejor festival de chámame de mi vida. Seis noches de las más variadas emociones, donde nos enriquecimos en un ambiente que no abunda en todo el año en la capital correntina. Estas lunas permitieron una experiencia inigualable de cultura autóctona devenida en tendencias de otros lados. Solo este tipo de mezclas permiten la apertura multicultural en las mentes de una sociedad algo conservadora.

Bien usada está esa última palabra porque la mía, cargada de la causa y solución de muchos de nuestros problemas, me acompañó en todo momento para brindar por los artistas que pasaron por el sosa cordero del Cocomarola.

sábado, 15 de enero de 2011

CHAMAMÉ: EL DE ALLÁ AHITÉ Y EL DE AHORA

En un país de múltiples y variados climas, relieves y culturas, es normal que existan entre ellas aquellas de estas últimas que viven su propio Macondo (Aquel que leyó 100 años de soledad lo va a antender). Yo considero que por veces, Corrientes tiene su lado cerrado, conservador y ortodoxo.  Pero también creo que en algunos aspectos, esa parte cae en una contradicción.

Si bien proviene de los sonidos guaraníes, todo chamamé es una polka. Obviamente con todas las particularidades que hacen a este estilo único en el mundo. Está claro que nadie imagina a un Alemán metiendolé un Sapukay durante el solo de la acordeona.

Pero este estilo musical no deja de ser uno practicamente nuevo traido por la primera oleada de inmigrantes durante finales del siglo XIX, evolucionado del Tango porteño y mezclado de ritmos locales. Osea, para mi, el chamamé no deja de ser un estilo europeo con sentimientos litoraleños.

Bajo esas raíces, no me cabe en la cabeza que, menos de 100 años después de que el chamamé pusiera sus primeros cimientos, exista gente que no acepte la realidad de su evolución. Más aun cuando esta en pleno apogeo popular, siendo el festival de chamamé una muestra de todo ello.