Un pequeño homenaje a uno de los más grandes
¿Qué creía un hombre que nació en un país poco desarrollado para su gran capacidad intelectual? ¿Qué opina de la sociedad? Un hombre con grandes secretos que mucha gente prefería que calle. Y así fue hasta la hora de su muerte.
¿Qué es el corazón?
-Es un órgano que hace buuum...buuum y bombea la sangre, para que circule; un pedazo de carne y hasta puede ser un alimento. En Aráoz (La Pampa), lo comíamos: corazón de animal nuevo, decía el paisano y en Sudáfrica lo probé relleno, como fiambre.
En el corazón se fijaron al alma y al amor pero si late rápido o lento, es por mandato del cerebro. Él gobierna y en él deberíamos ubicar los sentimientos.
¿Cree que algún Día la vida social pueda ser más que relaciones por conveniencias económicas?
-Sí: avanzamos hacia un mundo social y participativo. Con justicia social, indiferencia ni tanta agresividad. La sociedad esta enajenada decadente y llena de contrasentidos. Por un lado, está el avance tecnológico que bien usado permite una mejor calidad de vida y de salud; y por otro, la pérdida de los valores esenciales.
Hoy en dia se invade al individuo con publicidades, ¿Piensa que la vida se esta transformando en una vida material?
-Puede ser, Igualmente es mucho más feliz quien vive con sus gallinas y su huerta que usted o yo. Además, cuando estemos al filo de la muerte no recordaremos nada material. Pensaremos en la mujer amada, en el amigo, en los pájaros, en la naturaleza....es lo único que cuenta.
Los chicos pasan muchas horas detrás de la TV, ¿Se pude decir que es un instrumento que los educa?
-La televisión no educa y no enseña valores. Ni honestidad, ni participación, ni amistad, ni trabajo. Y nos venden que hay que comer todo lo que trae la furia de la importación. Yo me niego y entonces para conseguir un queso gruyere argentino -mi debilidad- tengo que recorrer todas las góndolas del supermercado. Bien: las recorro y trato de enseñar, también a que se lea de nuevo.
¿Qué opina de la pasión y la euforia que causa el fútbol?
-Es una pasión pero también una representación de esta sociedad. Las barras bravas, los dirigentes, esto de nombrar excepcionalmente a un jugador de un cuadro chico. El cuadro de Bilardo, el cuadro de Menotti, el cuadro de...qué sé yo quién. Mire...acá nadie inventó nada desde que llegó el Húngaro Hirsch, en la década del 30. Además, por ahí le dan demasiado puntaje a algún jugador sólo porque es conocido...
¿Qué piensa de la cantidad de niños que están parados en los semáforos pidiendo alguna moneda?
-Es terrible y cada vez son más. Yo siempre les doy alguna cosa...quizás porque vengo de un barrio muy pobre. Estuve doce años como médico rural y llevo el olor a rancho para siempre. Es mezcla de mugre y humo.
¿Cómo es la música que suena en estos tiempos?
-Me gustan los temas de Fito Páez o de León Gieco porque el mensaje es bueno. Pero no inventaron nada: son canciones de protesta y vienen del Martín Fierro pero los jóvenes en general, no se comprometen.
Y hablando de los jóvenes y de comprometerse… ¿Cree que estén comprometidos con cambiar la sociedad?
-Algunos, pero son los menos, la mayoría de los jóvenes no se comprometen: ni individual, ni familiar, ni socialmente. Hablan de libertad y de justicia, pero sólo dicen palabras. No hacen. Cantan solidaridad en los recitales y al día siguiente no van a una villa miseria a ayudar o a enseñar.
¿Usted es amigo de Menem?
-Lo conozco desde hace muchos años, somos amigos.
¿Qué opina del gobierno de Menem?
-La democracia y la estabilidad que el logró costaron mucho y ni el más croto podía estar en contra. Pero si a lo que hizo no se le agregó un plan profundo de reactivación con justicia social, el futuro de todo lo que había logrado era sabido que se iba a venir abajo.
¿Entonces si se hubiese hecho algún cambio en ese momento, el país no estaría como está?
-No lo se, pero seguramente estaría algo mejor. Debería haber sacado un decreto o una ley para que se termine con esto de que pasamos de 90.000 autos a 380.000...y todos importados. Se habla de libre cambio y de libertad para importar todo como si eso fuera la gloria. ¿Y la industria nacional?
¿El proteccionismo podría haber sido una solución entonces?
-En los medios de difusión se insiste con el temor al retorno del proteccionismo. Inglaterra y Estados Unidos se hicieron grandes precisamente con el proteccionismo. Tal vez hubiese sido una solución.
¿Qué opina de las Universidades de la Argentina?
-Hay una gran diferencia entre las Universidades que hay hoy en día en el país. Creo que tienen que entrar todos y sin distinción de pobres o ricos. Pero... ¡eso sí! con comprobada capacidad neuronal. Y con pasión.
¿Cómo ve a los porteños?
-Salvo excepciones son individualistas, egoístas y envidiosos. Y si son maleducados son también gritones. Pero la Argentina sigue siendo feudal y los signos abundan.
¿Qué piensa de los políticos?
-Para mí políticos, fueron Juan B. Justo, Lisandro De La Torre o Moisés Lebenshon. Y, para no embanderarme en ningún lado, de los peronistas tengo un gran respeto por Ángel Robledo y por Taiana.
¿Tiene afinidad con algún partido político?
-No, como decía Martínez Estrada soy un nacionalista sin trampas. O, mejor, un enloquecido nacionalista sin trampas y seré así hasta mi muerte.
¿Qué se llevará de esta vida?
-Me iré de esta vida con mis silencios.
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