sábado, 25 de febrero de 2012

LUCAS


Es el nombre del accidente de Once: Lucas. Si ya había pegado duro los 50 muertos y 700 heridos, más duele ponerle un nombre a esta sensación. Cincuenta es un número. En cambio, Lucas, era un pibe. Uno como vos, o como yo; que laburaba, tocaba la guitarra y, como vos o como yo, se tomó un transporte público. Pasó lo que pasó y Lucas era un desaparecido. No lo teníamos como víctima. Esperábamos que aparezca en estado de shock en cualquier lado. Nos ilusionamos. Ayer  nos frustramos. Y después siguió la decepción. Por eso duele.

Y duele más todavía ver las reacciones que tuvo el encuentro con el cuerpo pasados casi 3 días del hecho.  Argentinos que buscan la solución en un cambio de mando como si Cristina Kircnher fuese Falcioni. Otros que defienden los ataques de su líder como si esto se tratase de un cumbia vs rock.

Para mí la reacción tiene que pasar por otro lado: ¿como es que a una empresa se le renueva la concesión de un servicio público por más de 20 años con estructura de más de 50? ¿Cuántos gobiernos pasaron desde que TBA maneja la batuta? ¿En que falló el operativo de rescate para encontrar el cuerpo tanto tiempo después?

En un día donde tendríamos que estar unidos, celebrando el natalicio de nuestro Libertador, estamos llorando a 50 víctimas y a Lucas. Estamos jugando con política barata. Así, no solamente un tren se quedó sin frenos, sino nuestro país. 

lunes, 13 de febrero de 2012

CRISTINA, AUMENTAME ESSTA! ....Ah, no para!


Hoy nos desayunamos el aumento del 100% de las dietas de los diputados y senadores nacionales. Mi primera reacción fue la normal: atragantarse con el pan con manteca , tratar de hacerlo correr con el feca recién hecho y escupír este último de lo caliente que estaba. Bueno, no es tan normal representar un ejemplo de malos modales en la mesa.

Volvamos a lo de los legisladores. Seh, son más caraduras que el hombre de la máscara de Hierro (sic). Su desfachatez para actuar rápida y unanimamente con esta ley y no con miles de otras en carpeta hace mucho tiempo es todavía más repudiable.

 Débiles de argumento para defender semejante atropello a los argentinos, rechazo totalmente este aumento. Pero a su vez digo: ¿Qué es eso de comparar a un político electo con el resto de los empleados públicos? Está bien que policías, médicos y maestros brindan un servicio público invalorable. Pero ellos NO SON ELEGIDOS POR EL PUEBLO.  

Y justamente la mitad del pueblo eligió al partido del Poder Ejecutivo que tiene la mayoría de representantes en ambas cámaras. Y así caemos en la frase hecha pero no por eso mentirosa, de que el pueblo tiene el gobierno que se merece.  

El día de hoy la sensación de hipocresía creció más que proporcionalmente a la de inseguridad. Porque si el 100% de los argentinos no está de acuerdo con este aumento, existe una mitad que la votó y que ahora se calla. Que se chupen este gobierno que dice ser nacional y popular y mete estos aumentos escandalosos, gases lacrimógenos a su gente y tira humo con olor a los 600 muertos de Malvina. Pero, cuando lo hagan, traten de no atragantarse como yo con mi desayuno.